Aliados de la aventura emprendedora: la pareja

Los 22 de diciembre están irremediablemente asociados en nuestras mentes a la lotería nacional. A mí me tocó el premio gordo hace hoy exactamente 15 años: Santy llegó a mi vida como muchas otras cosas importantes, por casualidad. Se quedó. Para siempre. Hoy reflexiono sobre la importancia que ha tenido en mi desarrollo como persona durante estos tres lustros, pero sobretodo, el peso que ha tenido en mi crecimiento como emprendedora.

Emprender es un deporte de equipo. Una batalla que necesita de aliados potentes. Desde mi punto de vista, es fundamental cubrirse las espaldas también a nivel emocional y no dejar espacios sin gestionar. La pareja juega un papel protagonista en este sentido. Creo que hoy puedo aventurarme a lanzar unos cuantos consejos (que no dejan de ser obviedades) que he aprendido en estos años y que a mí me han funcionado. Se derivan de mi experiencia personal, así que evidentemente no le encajarán a todo el mundo, aunque espero que al menos sirvan para arrojar un poco de luz y por supuesto, de homenaje a «mi otra mitad» 😉

  • Mide los tiempos. Si al principio el proyecto te absorbe mucho (como es habitual), intenta hacer comprender al otro que se trata de una situación temporal, pasajera, que terminará en algún que otro momento.
  • Comparte con mesura. Como emprendedora, suelo no ponerme límites a la hora de compartir mis proyectos, podría tirarme horas y horas hablando del asunto, pero a veces hay que hacer un ejercicio de autocontrol, cerrar la boquita y generar otro tipo de conversaciones.
  • Transmite lo positivo y empequeñece lo negativo. Si en la realidad que comunicas cotidianamente a tu pareja le das más peso a lo bueno, estarás creando automáticamente un ecosistema de optimismo del que servirte cuando las cosas se compliquen y tengas que atravesar momentos difíciles en el proyecto. Gestionar la memoria del éxito entre los dos te ayudará a relativizar el problema y si tú no eres capaz, al menos el otro (que estará menos contaminado por lo negativo), tirará de ti en esos momentos puntuales.
  • Participación selectiva. Permite que tu pareja participe en todo lo que quiera, pero no le hagas partícipe de aquello de lo que prefiere mantenerse al margen. Esto lo he ido aprendiendo con el tiempo, no tiene sentido forzar situaciones y prefiero que Santy disfrute de las partes del proyecto que él elija antes que machacarle con aspectos que le dan una pereza terrible. Es cuestión de higiene, de no contaminarle.
  • ¿Socio o no socio? Yo opté por lo primero y como me ha ido bien, es lo que aconsejo. Mi pareja es «mi socio» en muchos ámbitos y no podía dejarle fuera a la hora de constituir una sociedad, hubiese sido muy incoherente por mi parte.
  • Escucha. La visión de tu pareja siempre va a ser mucho más objetiva que la tuya: porque ve el proyecto desde fuera, porque la carga emocional es menor y porque te quiere y como consecuencia sólo desea lo mejor para ti. Presta atención a sus consejos en los momentos de dificultad y valóralos a la hora de tomar cualquier decisión importante.
  • Construye una atalaya, un espacio simbólico al que encaramaros para tomar distancia del mundo y en el que nadie más pueda entrar. Será fundamental en los momentos de tormenta, pero también muy importante para sentaros tranquilamente a mirar el horizonte a disfrutar de los logros.
  • Y por último, dale las gracias. Constantemente, con cada pequeño detalle, a cada momento. El agradecimiento no se puede dar por supuesto y en este caso, mucho menos.

Seguro que la lista puede ampliarse, puede mejorarse, matizarse, reflexionarse… ¿te has parado alguna vez a analizar el papel que juega tu pareja en tu vida como emprendedora/ emprendedor?, ¿cuáles son tus consejos en este sentido?

giveme15

Foto: Dani Sánchez

Deja una respuesta